
Siempre he pensado que cualquier cambio mueve nuestra energía interior y exterior, y que en el camino vamos encontrando las respuestas. Pero en mi caso, este movimiento tan esperado y anhelado por mí, me ha traído más preguntas que respuestas y más pausas que movimientos. Las estrategias están ahí, las oportunidades también, pero algo me frena. ¿Será que antes de avanzar debo aprender a escuchar lo que dice mi cuerpo en este silencio? ¿Es miedo, es intuición, es una pausa necesaria? ¿O será alguna memoria que se activa con otro tipo de accionar? Recuerdo una vez a un pastor que me dijo: recuerda que a un nivel nuevo, un diablo nuevo… y no se equivocó.
La mayoría de las personas que voy conociendo por acá, me recuerdan que un viaje es un pretexto para mirarse en el espejo; que en realidad, todos nos estamos buscando a nosotros mismos. Es como si buscáramos validar nuestra existencia tras escapar a la programación de una vida de encierro.
El viaje nos lleva a conocer nuevas personas y nuevos paisajes, pero lo más impactante de todo, es que nos lleva a descubrir los horizontes más escondidos dentro de nosotros donde las noches son más oscuras y más frías pero también los amaneceres son más preciados y reconfortantes de lo que podemos presenciar.
Hace más de 10 años que decidí a emprender el viaje de conocer mi alma, el viaje de la independencia, de la soberanía y siempre me encontré en bucles de volver a empezar, volver a emprender, volver a un trabajo, volver a emprender otra vez y en ese emprendimiento, deshacer lo que ya había construido y volver a empezar de cero otra vez. Esta vez no siento que sea así, esta vez siento que estoy llegando por lo menos un poco más cerca a lo que siento que soy, pero esta constante de soltar lo conocido, soltar lo construido, soltar recursos, ha sido soltar todo lo bueno para darte cuenta que en ese vacío habita el miedo y la supervivencia, que de cualquier manera ya vivía ahí pero con tanta superficialidad no lo habíamos notado. Si de pronto el alma pide volver a empezar es porque no lo estábamos haciendo realmente, al menos no desde el alma y el alma siempre pedirá expresarse, salir y mostrarse no solo para validar que existe sino para que su esencia y su brillo encajen en este inmenso rompecabezas de la unidad colectiva y pueda así iluminar a los que yacen vagando sin rumbo en los caminos del desierto de las rutinas.
Lo más importante de todo, es descubrir nuestro valor y aportación que tenemos en y para el mundo, pero este valor nos desafía a salir de nuestra zona de confort y aprender a confiar, confiar en uno mismo y en que la vida responderá abriéndonos esos caminos para poder pasar. Es un compromiso de amor con uno mismo. La boda sagrada comienza con nuestra alma, los votos de amor al elegirnos a nosotros y renunciar a las voces externas para llevarnos a vivenciar esas experiencias que pedimos por dentro para reconocernos y volver a elegirnos una y otra vez hasta que la vida como respuesta nos elija también.
Para poder servir a otros debemos aprender la máxima de amar a nuestro prójimo como a uno mismo, entonces el amor, la entrega, el compromiso inicia con uno mismo, para reconocer al otro como parte de mí.

Cyxe Alva.
Caminando a la Tierra Prometida.
Mi más sincero proceso
Cuando ya no sepas que dirección tomar, pregúntale a las estrellas y te guiarán de regreso a casa ♥
Cuando ya no sepas que dirección tomar, pregúntale a las estrellas y te guiarán de regreso a casa ♥
